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Te voy a contar qué me pasa.

 

A ver si te sientes identificado.

 

Si te dedicas al copywritng, o estás empezando en este mundillo, seguramente te suene lo que te voy a contar.

 

Y es que si tienes que escribir, ya sea para ti o para un cliente, vas por la vida que pareces un policía más que un copywriter.

 

Me explico.

 

Los copywriter necesitamos historias.

 

Muchas historias, para luego poder contarlas.

 

Y es el día a día dónde sacamos esas historias.

 

Por eso, si estás en un bar, estás pendiente de todo el mundo, siempre esperando a ver que puede llamar la atención, para luego poder contarlo.

 

Quien dice bar, dice gimnasio, supermercado, en el coche, en la sauna, en la playa…

 

Me da igual.

 

Dónde sea, pero siempre pendiente.

 

24/7 365 días.

 

Pero si te gusta el mundo del copy, lo haces sin darte cuenta por qué te gusta tu profesión.

 

Ahora nos vamos a una tarea muy cotidiana para todos nosotros.

 

La compra.

 

La compra para casa, no esa que nos gusta tanto a los hombres que solo se puede hacer los sábados por la tarde, que consiste en recorrer 15 tiendas de ropa, para al final acabar comprando en la primera.

 

Hablo la compra del Mercadona, Alcampo, Carrefour o dónde quieras que compres tu real food.

 

 

Yo, como soy una víctima más del guacamole de Paco Roig, pues voy al Mercadona.

 

Mi última visita al Mercadona fue así:

 

No me digas por qué, fui uno de esos días que, sin ser el primer sábado de mes, lo parecía.

 

Tal cantidad de gente, que parecía que lo más cool era ir al Mercadona y no a Ibiza.

 

Una vez terminada la ruta por los pasillos, y creyendo que ya había terminado mi compra, me dirijo a la caja.

 

Digo creyendo, porque siempre que llego a casa resulta que justo se ha acabado algo que no estaba en la lista.

 

Volvamos a la cola del Mercadona.

 

Aquí es cuándo empieza la tensión.

 

¿En qué cola me pongo?

 

Echo una primera mirada rápida por todas las cajas, y veo una cola en la que parece que si voy a ahí ganaré 30 segundos respeto a las otras.

 

Pero justo en el momento que voy hacia ella, veo otra que puede ser más rápida.

 

Me bloqueo y dudo.

 

Pero al final decido a la que había pensado inicialmente.

 

Cuando ya estoy llegando para colocarme, aparece de la nada detrás de uno de los pasillos otro carro que me adelanta y se pone en el que tenía que ser mi sitio.

 

 

¡¡MIERDA!!

 

 

Echo la vista a ver cómo está la otra cola, y también se ha puesto más gente.

 

Me toca darme por vencido, y ponerme detrás de ese carro que apareció sin avisar.

 

Ya en la cola, por mi rabillo del ojo, veo un uniforme del Mercadona muy cerca de las cajas.

 

ALERTA

 

Puede que esté buscando una caja vacía para ponerse.

 

Pero no soy el único que lo ha visto.

 

Estamos todos como tiburones siguiendo a ese pobre trabajador, esperando a que diga:

 

— Pasen por aquí en orden de fila.

 

Y efectivamente, se dispone a abrir una caja.

 

Todavía no ha dicho nada, y la gente ya corre hacia el cómo si fueran los sanfermines.

 

Para cuando dice, pasen por aquí en orden de fila, ya tiene tal cola que tienen que abrir otra caja.

 

Voy a proponer que cambien su frase por:

 

«Mariquita el último», ya que se acerca más a la realidad.

 

Ni orden, ni desorden, cualquier día de estos se monta un combate en el Mercadona que llamarán a Ibai Llanos para que lo retransmita.

 

Esto es mi historia real de hoy.

Solo quería contarte como me gusta ir a la compra un día que está petao de gente.

 

Pero aprovecharé, y te diré que tú puedes que la gente te desee tanto como a ese trabajador de Mercadona que va a abrir una caja.

 

 

ESCASEZ

 

Igual que hacen los buscadores de vuelos y hoteles.

 

Que te dicen, ese vuelo lo están mirando 7.777.777 millones de personas, y una habitación como esa la acaban de reservar 7 personas en las últimas 7 horas.

 

Acuérdate de la importancia del 7.

 

 

Nótese la ironía sobre esa forma de transmitir escasez, aunque no dudo que funcione.

 

Pero tienes otras opciones de mostrarle escasez a tu usuario sin que sienta que le tomas el pelo.

 

 

Si quieres que revisemos tu web o emails, pide tu auditoria a consulta@drpepepersuasivo.com

Esto es todo por hoy.

 

Tu Dr. Pepe Persuasivo.

P.D.     — ¿Te gustan mis gafas nuevas?

— No mucho.

— Son progresivas.

— Ah, entonces ya me irán gustando.

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