Sí, yo también he tenido mi perfil de Tinder.
Sí, esa red social que ningún soltero/divorciado está, pero luego entras y te encuentras hasta los casados.
En fin, no sé por qué a la gente le avergüenza tanto decir que tiene un perfil en Tinder.
Ahora, luego ir a pasear el domingo vestido con el chándal completo de su equipo de futbol marcando panza no hay ningún problema.
Va Tinder, mi perfil, foto con morritos en el espejo del ascensor, en el vestuario del gym con la toalla enseñando abdominales, otra de atardeceres en una isla paradisiaca…
No joder, la de los morros porque me parece una horterada de cojones, es válida para Tinder e Instagram. La del gym porque estoy buscando mis abdominales, pero no los encuentro, están muy bien escondidos. Y la de la isla porque saldría mi ex también.
Primer match, por cierto, el primer match es parecido a la primera venta no se olvida.
Bueno miento, si se olvida porque no sé si fue el primer match pero si fue la primera chica con la que empecé a tener una conversación.
Nos damos los números de teléfono y ya dejamos de hablar por Tinder para empezar a hablar por watsapp.
Nuestra relación ya empezaba a ir en serio.
Total, que llega el día y quedamos para ir a cenar.
¡¡STOP!! Abro paréntesis aquí para los nuevos en Tinder, NUNCA, NEVER, JAMAIS, MAI, INOIZ EZ (Euskera) la primera cita que sea una cena, comida, cine…
La primera vez nada que pueda alargarse más de 10 minutos, y en caso de urgencia que podáis salir por patas si la situación lo merece.
Empieza por un café y ten preparado el comodín de la llamada.
Avisados quedáis.
Volvemos a la cita.
Vamos a cenar, el restaurante lo escogió ella y el que pago fui yo.
Fallo 2, si vas a invitar, escoge tú el restaurante y evítate sustos.
Cenamos, copita y a casa.
Si, nada de nada, ni besito.
Eso fue un viernes.
Al día siguiente, cosa rara fue sábado y me dio por ir un rato al gimnasio.
De repente mientras estaba ahí levantando mis 150kg de pecho me suena el teléfono.
Va, adivina quién era.
Yes, mi cita Tinder.
En lugar de contestar decidí que la llamaría cuándo saliera.
Pues no pasaron ni 5 minutos que recibo un watsapp.
¿Quién era?
¡¡Oh yeah!! La chica Tinder.
Me estaba diciendo lo bien que lo había pasado la noche anterior, que gracias por cena, que era un encanto de chico, que su príncipe azul…
No, eso era lo que yo pensaba que me pondría.
Lo que estaba escribiendo realmente era una bronca por watsapp que ni mi ex en 15 años de relación.
Que si todos somos iguales, que ya estaría con mis colegas haciéndome el chulito por tener otro trofeo de Tinder, que era un puto inmaduro, que normal que estuviera soltero…
Frases de lo más originales.
Y ese fue el final de mi primera historia de amor sacada de Tinder.
Pues compañero de ventas, que no te pase lo que me paso a mí en Tinder.
Mira en Tinder da igual, pero evítalo con tus clientes.
Mi cagada fue hablar mucho por watsapp y preguntar poco.
Te aseguro que si hubiera preguntado más me hubiera dado cuenta de que yo no era el producto que estaba buscando.
El tiempo es oro, pregunta y escucha al cliente para ver si realmente le puedes ayudar o no y ahorraras muchas reuniones inútiles.
Si quieres evitar una situación tan absurda como está, apúntate a mi curso de “cómo filtrar bien los matchs de Tinder”.
Obviamente no hay tal curso, pero ahí os dejo la idea 😉
Disfruta del sábado.
Que tengas muchos matchs.
Tu amigo, el Dr. Pepe Persusasivo.
P.D. Respuesta al post de ayer.
P.D.2. Mira el centro de la imagen, acércate y aléjate de la pantalla, mola.

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