Imagina:
Un cuadro con 100 ovejas blancas y 1 negra. ¿Cuál te va a llamar la atención?
Un equipo de baloncesto que todos miden 2 metros, y uno mide 1,50. ¿Quién te va a llamar la atención?
50 coches del mismo modelo, 49 blancos y uno rojo. ¿Cuál te llamará la atención?
No pongo más ejemplos porque imagino que ya sabes por dónde voy.
No hay ninguna duda que, para destacar, hay que intentar hacer algo distinto.
A menudo confundimos distinto con loco.
Hace años, mis hijos tendrías 7 y 5 años aproximadamente, entramos a una perfumería los tres a comprar una colonia.
Hasta aquí vamos bien, perfumería para comprar colonia, es correcto.
Seguimos.
Entramos, y solo pasar la puerta nos “ataca” la dependienta.
— Hola guapetones, bienvenidos al Disneylandia de las colonias, dónde tenemos todas las colonias que utilizan los superhéroes.
Ese fue el mensaje de bienvenida.
Luego empezó literalmente a contarnos su vida.
Los problemas con su hija adolescente, el novio de la hija, el marido que no hace nada…
Pero todo con una gracia que parecía de Cádiz y no de Donosti.
Estaríamos 15-20 minutos en la perfumería.
Íbamos solo a por una colonia para mí, y acabamos con una colonia cada uno.
Solo salir, mi hija de 5 años me suelta:
— Esa señora está muy loca.
— ¿Loca? Ojalá todos estuviéramos así de locos y fuéramos tan amables, ¿no te parece?
Puede que te parezca que esa reflexión que me hizo mi hija es porque era una niña de 5 años, pero desgraciadamente no es así.
Vayas con niños, o adultos que ya no se aguantan los peos, a la que vemos a alguien que se sale de la “correcta” formalidad, se le acusa de loco.
Si un camarero viene y te cuenta un chiste de primeras, está loco.
Si el dependiente de una tienda te hace un truco de magia al entrar, está loco.
Si la cajera del súper te enseña su tattoo nuevo de la espalda está loca.
Todo el que se salga de lo “normal” y formal, está loco.
Pues te diré una cosa, locos, o no locos.
¿De quién hablarás tú con tus amigos?
Del camarero loco que cuenta chistes, o del que le molesta que le pidas otra botella de agua.
Del mago dependiente, o del que solo te cobra.
De la cajera del tattoo, o de la que dice buenos días y gracias.
Por desgracia esta sociedad de cuerdos suele confundir ser extrovertido, alegre, y simpático, con estar loco.
Llamar la atención no es querer ir de gracioso si tienes menos gracia que Rajoy, o ir de Cristiano Ronaldo si eres Iniesta.
Consiste en ser cómo tú eres, pero dando un toque distinto que lo tienes.
Me da igual el sector.
Busca referentes, a ver si los que han triunfado han sido distintos en algo del resto.
Si quieres unos textos locos pide tu consulta privada aquí, aquí o aquí.
Tu Dr. Pepe Persuasivo.
P.D. — Hace 3 meses que me apunté al gimnasio, no he bajado ni 1kg. Voy a tener que ir personalmente a ver qué pasa.