Erase un señor español en Marruecos.
Nuestro protagonista, quién habiendo salido de una visita turística a las 18.00 horas, tomó su coche para ir al supermercado más cercano a su apartamento a comprar algo para cenar.
Hora punta, embotellamiento asegurado, el extranjero llevaba media hora dentro del coche cuando circulando por la calle Abdelkrim Khattabi, en el cruce con la Av Mohammed V, el semáforo se pone en rojo.
Como es habitual en Marruecos, y con la complacencia del policía de turno asignado al semáforo en cuestión, los dos carriles pasan a convertirse en tres.
Apretujando los coches al límite de la rayada lateral o de elimanr el espejo retrovisor (y eso sin contar las motos, motitos más bien, que se meten por donde no cabe ni un alfiler…).
Llegados a ese punto, lo normal allí, el extranjero observa que varios de los coches situados delante suyo, hacen el giro a la izquierda para entrar en el aparcamiento al que él quiere ir, pisando la doble raya continua pintada en la calzada y perfectamente visible.
Uno, dos, tres y así hasta cinco coches hacen lo mismo, siendo el sexto el del extranjero, quien copia exactamente la misma maniobra.
¿Resultado?
Distinto: el Policía hace sonar su silbato y le hace gestos ostensibles de que pare; el extranjero acaba la maniobra y, alucinando, para el coche en el vado de entrada al aparcamiento.
El Policía, se sitúa al lado de su ventanilla y le dice:
— Documentación del coche y permiso de conducir.
— Buenas tardes… ¿hay algún problema?
— Usted ha hecho una maniobra no permitida, hay una doble línea continua.
— Si, es cierto, he hecho lo mismo que los otros cinco tipos a quienes usted no ha parado.
— Si, pero los otros coches han girado mientras el semáforo estaba en rojo y usted lo ha hecho cuando el semáforo estaba en verde y venían coches en sentido contrario.
El extranjero, que alucinaba y no sabía si estaba en el rodaje de una película de Tarantino, no se le ocurrió más que contestar.
— ¡¡¡Pero cojones!!! …. sí estaban aún a 200 metros
— Papeles del coche y permiso de conducir.
A todo esto, y cuando ya se había formado una cola de mil pares de narices con los coches que querían entrar en el aparcamiento, todos pitando en un concierto de cláxones digno de ser dirigido por el Ilustre Metha allá en la Scala de Milán.
Baja el tipo del coche de atrás, se lía a hablar con el guardia en árabe y ni corto ni perezoso le dice al extranjero:
— ¿Tiene 50 dirhams? Démelos.
El extranjero mete mano al bolsillo, le da 50 dirhams al tipo en cuestión, quien, sin más, se los larga al guardia, diciéndole al extranjero:
— Ya está arreglado…. adelante.
Y el extranjero entró en el aparcamiento, sin haber enseñado la documentación al guardia, que se fue tan pancho, y al fin pudo comprar su cena.
Cuando vayas a esa primera reunión con un posible cliente vas a ser un turista en un país desconocido.
Por eso es sumamente importante que te molestes en tener la máxima información de ese cliente.
La parte más tediosa de un vendedor, de un copy, de un SEO, de un diseñador web…es la investigación.
Si eres entrenador personal, tu cliente quiere una niñera que le ayude a ser constante con sus entrenamientos.
Si el tío está motivado no te va a necesitar, irá el solo al gimnasio.
Pero la gente no dice eso, dice que quiere un entrenador personal para ponerse en forma, perder peso, sentirse mejor…
No sé si te preparas tus viajes al extranjero, y eso la verdad que me da igual, a veces ir a la aventura puede ser más interesante que comprarse todas las guías de lonely planet.
Pero tu próxima visita, prepáratela.
Nuestro amigo, si hubiera estudiado un poco como es Marruecos para los extranjeros, hubiera sacado la cartera en el momento que le paró el policía.
Querido amigo, aquí dejamos por hoy nuestra consulta.
Te deseo un feliz jueves.
Tu Dr. Pepe Persuasivo.
P.D. Sabes que si te frotas cebolla en rodajas o ajo en las plantas de los pies, experimentarás su sabor en la boca de 30 a 60 minutos más tarde.